lunes, 29 de julio de 2013

Información y consulta en el trabajo: la Comisión evalúa las normas de la UE


La Comisión Europea ha dado a conocer los resultados de una evaluación para detectar las excesivas cargas, los solapamientos, las lagunas y las incoherencias surgidos desde la adopción de tres Directivas de la UE en materia de información y consulta de los trabajadores. La evaluación de las medidas, también conocida como «chequeo», se centra en la Directiva sobre despidos colectivos, la Directiva sobre traspasos de empresas y la Directiva por la que se establece un marco general relativo a la información y a la consulta de los trabajadores en la CE. El informe considera que las tres Directivas de la UE son, en general, pertinentes, eficaces y coherentes, y se refuerzan mutuamente. Los beneficios que generan tienen el potencial de compensar los costes.
La información y la consulta de los trabajadores es esencial para anticiparse al cambio y gestionar la reestructuración correctamente, de forma socialmente responsable. Es un derecho social importante, que contribuye a atenuar los conflictos, crear un clima más cooperativo en el lugar de trabajo y fomentar la competitividad.
El chequeo aplica un enfoque basado en datos, que abarca aspectos jurídicos, económicos y sociales. Los Gobiernos y los representantes de las organizaciones de trabajadores y de empresarios de la UE y del EEE han estado estrechamente asociados a esta tarea.
Aunque la evaluación considera que las tres Directivas son, a grandes rasgos, adecuadas para el logro de sus objetivos, también pone de manifiesto la existencia de una serie de deficiencias en sus respectivos ámbitos de aplicación y en su puesta en práctica. Por lo que respecta al ámbito de aplicación, una parte significativa de la mano de obra no está cubierta por las disposiciones, debido a la exclusión de las pequeñas empresas, de las administraciones públicas y de las tripulaciones de buques marítimos.
También hay margen de mejora en relación con la puesta en práctica, especialmente en los países con tradiciones menos desarrolladas, promoviendo una cultura de información y consulta entre los interlocutores sociales, reforzando las instituciones, promoviendo acuerdos sobre información y consulta, difundiendo las buenas prácticas y la sensibilización y garantizando la ejecución.
El «chequeo» consiste en un documento de trabajo de la Comisión, que establece una serie de posibles respuestas a las deficiencias de las Directivas, sobre la base de las buenas prácticas de un diálogo social significativo a distintos niveles y a cargo de diversos actores. Señala las áreas que requieren mayor examen y debate, lo que puede conducir en el futuro a una consolidación de las tres directivas como resultado de una consulta de los interlocutores sociales europeos.
Antecedentes
Como parte de su Programa de Trabajo para 2010, la Comisión inició el reexamen de la legislación de la UE en varios ámbitos seleccionados mediante «chequeos», con el fin de que la normativa actual siga respondiendo al objetivo que persigue. En 2010 se iniciaron ejercicios piloto en cuatro ámbitos: empleo y política social, medio ambiente, transportes y política industrial.
En el ámbito del empleo y la política social, se seleccionó un grupo de tres Directivas relativas a la información y la consulta de los trabajadores a nivel nacional y a nivel de la empresa:
  • la Directiva 98/59/CE relativa a los despidos colectivos;
  • la Directiva 2001/23/CE sobre los traspasos de empresas;
  • la Directiva 2002/14/CE por la que se establece un marco general relativo a la información y la consulta de los trabajadores en la CE.
Las tres Directivas de la UE aplican el Derecho social fundamental a la información y la consulta y prescriben, de manera flexible, los requisitos mínimos que permiten a los Estados miembros aplicar disposiciones más favorables para los trabajadores. Pueden aumentar la confianza entre los interlocutores sociales, implicar a los trabajadores en las decisiones que les afectan, proteger a los trabajadores, resolver problemas de trabajo, contribuir a una mayor adaptabilidad y empleabilidad, mejorar el rendimiento del personal y de la empresa, y garantizar unas condiciones más equitativas entre empresas.
Las Directivas originales sobre despidos colectivos y sobre los traspasos de empresas datan de los años setenta del siglo XX. Ambas Directivas fueron modificadas una vez y consolidadas posteriormente. La tercera Directiva marco general es la más reciente (2002) y no ha sufrido ningún cambio.
La evaluación demuestra que el impacto y la eficacia de las Directivas depende de la situación existente antes de la transposición, así como de otros factores tales como el país y su sistema de relaciones laborales, el tamaño del establecimiento, la cultura del diálogo social, la actitud de los interlocutores sociales o el apoyo de los trabajadores.




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