viernes, 16 de mayo de 2014

Europa: una cuestión de valores


Más allá de la unión política y del mercado único, la Unión Europea es también una cuestión de valores. Gracias a la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, legalmente vinculante desde 2009, los europeos tienen garantizado el ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales, un objetivo por el que trabaja la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo. Además, los ciudadanos pueden hacerse oír en Europa a través de la Comisión de Peticiones y del Defensor del Pueblo Europeo, dos órganos dependientes de la Eurocámara. Pero la promoción de los valores europeos se extiende más allá de las fronteras europeas, gracias a la intensa labor diplomática que realiza el Parlamento Europeo en este sentido y al reconocimiento de quienes trabajan por la libertad y los derechos humanos, a través de la concesión del Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia.

 · Los valores fundamentales de la UE                   

El Tratado de Lisboa recoge como valores fundamentales de la Unión Europea el respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos y establece que la Unión tiene como finalidad promover la paz y el bienestar de sus pueblos. Se trata de principios legalmente vinculantes que los Estados miembros están obligados a observar. En caso de que los infringieran gravemente, el Parlamento Europeo podría aprobar la suspensión de los derechos derivados de los Tratados de la UE.

Desde su creación, el Parlamento Europeo se ha caracterizado por ser el principal defensor de estos valores tanto dentro como fuera de las fronteras europeas. No en vano, según las últimas encuestas de opinión, los ciudadanos de la UE creen que los derechos humanos son el valor que debe defender la Eurocámara de forma prioritaria. De esta manera, el Parlamento Europeo se ha convertido con el transcurso del tiempo en la caja de resonancia de los valores universales y en un foro para la defensa de los derechos humanos y las libertades a través de sus numerosos instrumentos diplomáticos.

 · La Carta de Derechos Fundamentales de la UE

La incansable lucha del Parlamento Europeo a favor de los derechos fundamentales hizo posible la proclamación de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que se aprobó en Niza en el año 2000. En la convención encargada de redactar la Carta, la delegación de la Eurocámara desempeñó un papel fundamental. Posteriormente, los esfuerzos del Parlamento se centraron en reclamar su inclusión en los tratados constitutivos y finalmente en 2007 consiguió que el Tratado de Lisboa le otorgara fuerza vinculante. La Eurocámara impulsó también la creación de la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, creada en 2007 como agencia independiente de la UE encargada de prestar asesoramiento a los Estados miembros en materia de derechos fundamentales.
  
· La promoción de los valores europeos dentro de la UE
                 
A través de su Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, la Eurocámara vela por la protección de las libertades y la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales. A lo largo de esta legislatura, el Parlamento Europeo ha aprobado numerosas iniciativas en este ámbito, entre las que destacan la reforma de la legislación europea sobre protección de datos, la ampliación de los derechos de los solicitantes de asilo, la lucha contra el tráfico de personas y la protección de las víctimas, con especial hincapié la protección de las víctimas de malos tratos fuera de sus fronteras nacionales.
  
· Una Unión Europea democrática

Siendo la única institución comunitaria elegida directamente por los europeos, el Parlamento Europeo abandera los esfuerzos por democratizar la Unión Europea y por situar al ciudadano en el centro de las decisiones políticas. En este sentido, dos órganos son los encargados de atender las reclamaciones de los ciudadanos europeos:

Por un lado, la Comisión de Peticiones permite a los ciudadanos de la UE, así como a empresas, asociaciones u organizaciones con sede social en la UE, ejercer su derecho a presentar una petición ante el Parlamento Europeo sobre un tema que se inscriba dentro del ámbito de actuación de la Unión y que le afecte directamente. A lo largo del año pasado, el Parlamento Europeo recibió 2.885 peticiones, lo que supone un incremento del 45% respecto al año anterior. Los españoles se encuentran entre los europeos más activos a la hora de ejercer el derecho de petición: en 2012, un total de 311 ciudadanos españoles presentaron una petición ante la Eurocámara, solo superados por los alemanes, con 475 peticiones.

Por otro lado, el Defensor del Pueblo Europeo es la figura encargada de investigar reclamaciones contra las instituciones y órganos de la Unión Europea por mala administración, incluidos la Comisión Europea, el Consejo de la UE, el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones, el Comité Económico y Social y todas las agencias de la UE. En 2012, el Defensor del Pueblo registró 2.442 reclamaciones, inició 465 investigaciones y concluyó 390. Los españoles lideraron las denuncias ese año, con 340 reclamaciones registradas, frente a las 273 de los alemanes y las 235 de los polacos.
  
· Los derechos humanos más allá de las fronteras europeas

El papel del Parlamento Europeo en la promoción de los valores europeos y, sobre todo, de los derechos humanos no se circunscribe solo a los 28 países que conforman la Unión Europea. También en la política exterior y de seguridad común de la UE, la Eurocámara apoya el objetivo declarado de "desarrollar y consolidar la democracia y el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales". En este sentido, el Parlamento Europeo debate cada mes en sesión plenaria los casos urgentes de violación de los derechos humanos en terceros países y envía delegaciones ad hoc para evaluar la situación de los derechos humanos sobre el terreno. Además, los eurodiputados pueden bloquear la celebración de acuerdos con terceros países en caso de violación grave de los derechos humanos y los principios democráticos, como sucedió con Siria en 2011.

En la reciente crisis de Ucrania, el Parlamento Europeo ha expresado su apoyo a los cientos de miles de manifestantes ucranianos que exigían incrementar las relaciones con la UE y ha exigido a ésta mayor firmeza ante Rusia. También ha dado su visto bueno a la concesión de un paquete de ayuda financiera a Ucrania de más de 11.000 millones de euros.
  
· El Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia

Uno de los puntos más importantes y de mayor repercusión mediática del trabajo del Parlamento Europeo en materia de derechos humanos es el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia, que se otorga cada mes de diciembre a personas u organizaciones que luchan por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Se trata del mayor galardón concedido por la Unión Europea a los esfuerzos realizados en favor de los derechos humanos y supone un apoyo moral a quienes lo reciben para seguir luchando por la causa que defienden.

Con una dotación de 50.000 euros, el Premio Sajarov se concede tanto a personas como a asociaciones de muy distinto perfil: disidentes, dirigentes políticos, periodistas, abogados, activistas, escritores, líderes de minorías, presos de conciencia e incluso humoristas gráficos. Entre los premiados desde la creación del galardón en 1988, figuran Nelson Mandela (1988), las Madres de la Plaza de Mayo (1992), el colectivo ¡Basta ya! (2000), Kofi Annan (2003) y Reporteros Sin Fronteras (2005).

En 2013, coincidiendo con su 25 aniversario, el Parlamento Europeo concedió el Premio Sajarov a la niña activista paquistaní Malala Yousafzai, a la que los talibanes dispararon en el rostro por defender el derecho de las mujeres a la educación.


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